La contra/cara de las alianzas electorales.

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     Este año 2021, ralentizado por la pandemia y repleto de dificultades sanitarias, económicas y sociales, será a la vez, de disputa electoral. Desde meses atrás, escuchamos por doquier de amores y desamores políticos por militantes que se van, otros que llegan; escuchamos de potenciales bloques políticos en ciernes que luchan por competir.

 

     Es en este último punto me detendré a opinar al respecto, evidente es que este texto no pretende legitimar y mucho menos santificar las intenciones políticas de los coaligados, que no es otra, más mundana que ejercer el poder. No obstante, este texto lo que intenta exponer es la otra cara de la moneda, explicando porque en primera, no es ilegal una alianza, mucho menos amoral o impropia la celebración de un pacto entre de partidos políticos otrora adversarios, hoy aliados.

 

     De nadie es desconocido que, en nuestros días, existe un partido que ha sido objeto de las más amplias preferencias electorales[1]; sin embargo, es allí donde veo la importancia de que en una democracia existan otras fuerzas, conocidas como minorías políticas, que sumadas pudieran equilibrar una balanza dispareja, en cuyo escenario siempre será muy saludable que exista competencia y, en consecuencia, esta sea un ente equilibrador que contrapese el poder.

 

     Los frentes[2], coaliciones[3] y candidaturas comunes[4] no deben ser vistas como engendros, mucho menos asustar a los actores políticos, algunos rasgándose las vestiduras, al borde del colapso por rupturas de “sus principios y valores”, ya que deben entenderse como lo que son, formas de obtener el poder permitidas por la ley -en consecuencia, no son ilegales-.

 

     Estas alianzas electorales multipartidistas no son nuevas, desde 2015 hemos visto uniones antagónicas que fueron exitosas, quitándole en su momento al PRI el gobierno en muchos Estados y Municipios; aquí mismo, en el Municipio de Tacámbaro, el gobierno actual emana de una unión de esta naturaleza. De allí que ese discurso refractario sea solo demagogia pura.

 

     En otras latitudes, tanto en repúblicas democráticas, como en regímenes parlamentarios, estas alianzas partidistas son fundamentales para llegar a consensos en el ejercicio del poder, matizando e incorporando, previa negociación, no solo los cargos, sino las distintas visiones de cada partido, y porque no, es la opción lícita de competir en las urnas para que determinado partido o candidato no llegue al poder, como sucedió en Francia[5], como sucede en Reino Unido e inclusive en democracias latinoamericanas donde existe la segunda vuelta, figuras que sabiéndolas desarrollar, bajo este esquema se obtiene una mayor legitimidad democrática al gobernar.

 

    Lo importante será en esta elección intermedia, que los partidos que opten por este esquema tengan presente que por la sola conjunción y agrupación numérica, no obtendrán el triunfo, menos si su alianza es meramente pragmática para que los desgastados de uno y otro partido, accedan al poder, así sean “todos para uno y uno para todos”[6], la ciudadanía los vomitará de nuevo, por ello es que dejemos el beneficio de la duda para que quienes pretendan ejercitar esta vía electoral, a fin de que la misma sea cimentada en un proyecto de consenso, plural, fresco y de mucho contenido; solo así, podrán competir contra el partido de moda, el de la migración -refiriéndolo así- ya que de todos lados llegan a este instituto político personajes que de la nada se enfundan la casaca y se dicen más obradoristas, que la propia corriente fundadora, reduciéndose esta última -creo yo- a una minoría aplastada por el oportunismo y la incongruencia.

 

 

[1] Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).

 

[2] Artículo 86 de la Ley General de Partidos Políticos.

 

[3] Ibíd., Artículos 87 y 88.

 

[4] “…Código Electoral para el Estado de Michoacán de Ocampo…

 

Artículo 152. Se entiende por candidatura común cuando dos o más partidos políticos, sin mediar coalición, registren al mismo candidato, fórmula o planilla de candidatos…”

 

[5] Donde Emmanuel Macron en segunda vuelta electoral sumó a sus competidores Francois Fillon, Benoít Hamon para vencer a Marine Le Pen.

 

[6] Famoso juramento pronunciado por Athos, Portos y Aramis en favor de D´Artagnan, en la obra “Los Tres Mosqueteros de Alejandro Dumas.

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